miércoles, 23 de mayo de 2007

TECNOLOGIA Y CONFORT I


Es la comodidad – y no el amor - el motor de nuestras vidas. Nuestro estilo de vida, cualquiera que sea, nos hace buscar la satisfacción personal, ese confort individualizado en cada acto de nuestro existir. La comodidad, obviamente, ha sido siempre nuestro fin. Todos buscamos la realización personal resumida en nuestra propia tranquilidad: mínimo esfuerzo y máxima satisfacción. Desde el uso de un control remoto para evitar un esfuerzo físico hasta la facilidad de una cena con tan solo presionar unos botones o el trabajar remotamente desde la comodidad de un sofá.Hemos llegado a controlar espacios y actividades con el solo presionar de pulgares o índices. Con un aparato de control hemos simplificado, para nuestra autosatisfacción, el ritmo de nuestras vidas. Ingreso a casa pulsando el control del portero eléctrico de la cochera. Salgo del auto y cierro las puertas con el control del llavero, a la par que conecto la alarma. Acceso puertas pasando una tarjeta magnética por una ranura o, incluso, podría hacerlo colocando mi palma sobre un escáner. Lo que parecía hace pocos años una ficción solo vista en una película, ahora es una común realidad. Estas pequeñas actividades han reemplazado, y lo seguirán haciendo, a actividades tan simples como el abrir portones de cocheras manualmente, girar llaves para cerrar puertas de autos o abrir las de los ambientes de la casa. Cada día el uso de la tecnología agiliza nuestras vidas y, sobretodo, aminora las pequeñas cargas que teníamos. Quienes nos acostumbramos a usar una puerta levadiza automática nos sentimos inútiles cuando un corte de energía o una falla electrónica nos impiden poder sacar o ingresar el auto de la cochera. Incluso quienes crecimos rodeados de tecnología, nos sorprendemos de los continuos avances. Teléfono, videograbadora, reproductor de música, televisión, acceso a Internet, grabador de audio, cámara de fotos, entre otras aplicaciones, todas en la palma de tu mano, sin necesidad de cables. Lavadoras que no necesitan de agua, refrigeradoras con conexión a Internet y capacidad de hacer pedidos al supermercado, televisores con memoria para grabar en vivo, entre otros, nos sorprenden cada día. Pero no sólo nos limitamos a los artefactos, la tecnología incursiona en cada ámbito de nuestras vidas. Un ejemplo: la comida

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